Taller de improvisación y composición Musical.
Desde una perspectiva social y como aporte en desarrollo de las personas, para comprender la música, en su calidad de vivencia y experiencia vital, ella se transforma en un proceso ineludible, inevitable e impostergable en el desarrollo de los niños y niñas de Fundamor.
Se vincula la música y sociedad urbana, música y construcción de la identidad de pueblos y civilizaciones, música y procesos creativos importantes, música y descontento, denuncia.
¿Qué relación existe entre las experiencias musicales de víctimas de todo tipo de abusos físicos y psicológicos su proceso de recuperación y cómo opera esta relación?
El objetivo central es poner en relieve el hecho que para ciertos individuos que han sido violentados, agredidos y vulnerados, la experiencia musical constituye uno de los elementos activos en la reparación, entendiendo por reparación el proceso transcurrido desde el aplacamiento de los síntomas hasta el momento en el que el trauma vivido se integra a la experiencia vital, pasando a constituir parte de la vida y la personalidad.
La experiencia muestra que son múltiples los factores y vivencias involucrados en el proceso de reparación.
Bajo esta perspectiva, Escuela Viva Fundamor, se puso en contacto con un grupo de profesionales multidisciplinarios que son amigos entre ellos y que hace un tiempo han ido experimentando talleres de construcción de música urbana e improvisación con niños autistas desde el año 2011.
De esta experiencia, surgió la necesidad de expandirse y abrir el campo de trabajo y metodología pedagógica a trabajar con niños y niñas que son parte del programa residencia, Fundamor es el programa piloto de esta nueva etapa, donde seremos parte del área de estudio para medir el impacto social del taller en NNA vulnerados y que hoy están alejados de sus familias.
Fernanda Lazcano es educadora diferencial, Santiago Moreno es sociólogo, Carla es psicóloga y Rodrigo Aguirre profesor de música y compositor, ellos están liderando este proyecto junto a otros 4 músicos que son los encargados de hacer los talleres de improvisación musical, composición musical e instrumentalización.
La programación del taller contempla seis meses, dividido en cuatro fases. En cada ciclo se conocerá un instrumento de cuerda, viento, percusión, además, abrir camino al despertar auditivo en los niños a través de juegos rítmicos y dinámicos.
“Ha sido impresionante la dimensión de la atención de los niños en el trabajo realizado y en el desarrollo de la memoria auditiva en ellos”, agrega Santiago. Poco apoco se han ido generando canales alternativos de comunicación entre los participantes a través de la música como un medio de expresión de emociones y resolución de los conflictos personales.
Es así como musicalizar la emoción y luego expresarla a través del ejercicio corporal a través de la danza y de la improvisación ha sido hasta hoy uno de los ejercicios más relevantes para los niños.
En la creación de una pieza musical las emociones son fundamentales, el ejercicio debe ser libre y espontaneo con el fin de ser un ejercicio inclusivo y reparador.
Volvemos a la pregunta inicial;
¿Qué relación tiene la música en el proceso de reparación de un trauma?
Estamos vivenciando en cada practica el impacto que la música tiene sobre la regulación emocional, el comportamiento social y la narrativa, los niños y niñas hoy saben que hay otras formas integradas de expresión.
El pasado Viernes 3 de Septiembre, finalizamos este taller con una presentación musical en el Centro cultural de España compartiendo cada niño y niña con sus familias como un buen final esta maravillosa experiencia donde todos estamos aprendiendo unos de los otros.
Si quieres aportar a escuela Viva, infórmate en www.fundamor.cl
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